El participante blanqueó ante Gran Hermano cuáles son los verdaderos sentimientos que tiene hacia la última eliminada.
La relación de Maxi y Juliana tuvo muchas idas y vueltas y en la última semana, particularmente, tuvieron más de un cruce. Cuando el domingo ella tuvo que abandonar la casa, muchos apostaron que él se olvidaría fácilmente y que ‘se había sacado un peso de encima’.
Pero lejos estuvo Maxi de mostrarse así. Las cámaras lo mostraron plantado frente a la puerta del confesionario y luego, caminando sin rumbo por toda la casa. Al día siguiente, se quedó largo rato tomando mate sólo, en el patio, mirando a la nada. También se reunió con la Cata en la zona de ejercicio para opinar sobre las actitudes que habría tomado cada uno de los participantes con los nominados de esa semana.
Al final, se vio una charla que Maxi tuvo con Gran Hermano en el confesionario y reconocía que estaba anímicamente mal. «Esta bastante difícil la cosa. Soy bastante sensible, me cuesta manejar los sentimientos y esto me pegó fuerte. La sensación de todo lo que vivimos, saber que no se puede repetir y saber que no va a estar acá… es difícil»:
Frente a esa revelación, la voz de GH quiso saber si estaba enamorado y Maxi no dudó: «Sí. Estoy enamorado». Luego de la conversación, se fue sólo al sauna y se recostó en el piso a llorar. Al final, era un romántico.
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